Hoy vivimos en una sociedad desnaturalizada e institucionalizada. Así está organizado también el sistema sanitario. La medicina convencional está dominada y caracterizada por una visión farmacológica y mecanicista del ser humano. Se trata a las personas por sus síntomas y su mecánica disfuncional, pero a menudo no se remedia la causa. La naturaleza es nuestro sanador natural. La salud y la enfermedad son procesos naturales que surgen de un equilibrio o desequilibrio. La enfermedad se produce cuando una persona ha salido de su estado de equilibrio. La salud se produce cuando empezamos a seguir nuestra intuición y volvemos a nuestro equilibrio original. La medicina occidental y la oriental difieren fundamentalmente en su comprensión de lo que esto significa. Para poder servir a las personas de forma holística y de la mejor manera posible, se requiere una síntesis y un replanteamiento del profesional, el sistema de tratamiento y el paciente en muchos aspectos.